Mariano Sánchez es Profesor Titular de Sociología de la Universidad de Granada, coordinador técnico de la Red Social del IMSERSO de Experiencias sobre Relaciones Intergeneracionales (http://www.redintergeneracional.es) y coeditor de la revista Journal of Intergenerational Relationships. Director de las publicaciones "La evaluación de los programas intergeneracionales" (2007), y de "Programas Intergeneracionales. Hacia una sociedad para todas las edades" (2007), y miembro de la junta directiva del International Consortium for Intergenerational Programmes.
En abril de 2007 Mariano nos remitió un documento de apoyo a nuestro Proyecto que tituló "Sobre el proyecto de posible creación de Centros Intergeneracionales (CI) en el ámbito de la Universidad de Córdoba".
Este año se celebra por vez primera el próximo día 29 de abril, el Día Europeo de la Solidaridad y Cooperación entre Generaciones. También el año 2012 estará dedicado al envejecimiento activo y la solidaridad intergeneracional ¿Qué es la solidaridad intergeneracional?
En una reunión de expertos a la que tuve el honor de asistir a finales de 2007, convocada por Naciones Unidas, se respondió a esta misma pregunta. Al final concluimos que la solidaridad intergeneracional se puede entender como la cohesión o la integración social entre las generaciones.
Dicho de modo más sencillo, este término se refiere al acercamiento y apoyo mutuos entre las generaciones. No se trata simplemente de que las generaciones estén juntas sino de que se conecten, que se presten apoyo, que se hagan juntas.
¿Se conocen ya algunas iniciativas para celebrar estos acontecimientos, especialmente en nuestro país? ¿Por qué son necesarias estas iniciativas?
Como sabemos, es el primer año que vamos a celebrar el Día Europeo. Así que aún se trata de una efemérides poco conocida. Me consta que se están preparando algunas acciones para el 29 de abril que iremos conociendo poco a poco. Nosotros, desde la Red Intergeneracional estamos pensando en aprovechar la ocasión para poner en marcha alguna nueva iniciativa.
Creo que, sea como sea, lo importante es aprovechar estas ocasiones para llamar la atención de todos acerca de algo obvio pero invisible: todos, sin excepción, somos intergeneracionales; sin embargo, no todos vemos y aprovechamos el potencial de desarrollo y cambio asociada a la intergeneracionalidad.
¿Cómo interpreta la importancia que se está dando desde la Unión Europea al fomento de las relaciones intergeneracionales? ¿Es algo más que un tema de moda? ¿Qué pesan más? ¿Aspectos demográficos, económicos, familiares, envejecimiento activo…?
En principio, me alegro de que las relaciones intergeneracionales estén ganando espacio en la agenda política europea. Ahora bien, hay que estar atentos para ver de qué modo y al servicio de qué fines se instrumentaliza la intergeneracionalidad. Por ejemplo, pienso que el fomento de las oportunidades de aprendizaje intergeneracional es una buena iniciativa; ahora bien, disiento del uso de la intergeneracionalidad como arma arrojadiza para enfrentar los intereses de las distintas generaciones.
En Europa, hoy por hoy, las relaciones intergeneracionales son, ante todo, una realidad cotidiana: aunque no caigamos en la cuenta mantenemos relaciones intergeneracionales de forma cotidiana. Si hablamos de la agenda política, estas relaciones no son un tema de moda -ni falta que les hace, añadiría- sino más bien un asunto de atención política creciente.
Y me parece que, por ahora, está aún muy vinculado al ámbito familiar –en especial en lo relativo a los cuidados y al apoyo- y al económico –en relación tanto con el mantenimiento de los sistemas de pensiones como con la prolongación de la vida activa de los trabajadores y la necesidad de crear entornos de trabajo intergeneracionales-. Todo lo que se refiere a la intergeneracionalidad como medio para el desarrollo comunitario, la eliminación de formas de discriminación y el cambio social más amplio todavía está en un segundo plano.
Muchas veces los protagonistas de los encuentros intergeneracionales dicen que estos enganchan, que algo mágico sucede entre sus participantes. ¿Cómo pueden las relaciones intergeneracionales contribuir al bienestar no sólo individual de los participantes sino también social?
Esa magia de la que hablan los participantes es la que cualquiera hemos sentido al experimentar acogimiento, apoyo y, sobre todo, una conexión afectiva con otras personas. Suele suceder que los encuentros intergeneracionales bien realizados ensanchan el horizonte vital de las personas, aumentan su mundo de relaciones, les hacen sentir que son y pueden más de lo que creían. En el fondo, estos encuentros ofrecen la oportunidad de desarrollarse y crecer personalmente.
Por lo que respecta al bienestar social baste con decir que la colaboración entre personas, grupos y comunidades para lograr un fin común, un bien común, ayuda a fortalecer el tejido social, las redes sociales, y hace que nuestras sociedades sean lugares menos discriminatorios. A todo esto ayudan los buenos programas intergeneracionales.
¿En qué áreas se está interviniendo con programas intergeneracionales? ¿Qué tipo de programas están teniendo más éxito?
Hace unos cuatro años, hicimos esta pregunta a más de un centenar de personas que acudieron a unas primeras jornadas sobre el tema. Nos dijeron que los objetivos más habituales de estos programas eran el cambio de actitudes –es decir, la eliminación de actitudes negativas entre personas de distintas generaciones-, el aprendizaje, el ocio y tiempo libre y el acompañamiento.
Resulta difícil concretar cuáles son los programas de más éxito porque carecemos de datos comparativos al respecto. No obstante, hay que reconocer que los programas de vivienda compartida –una persona mayor que acoge en su casa a un estudiante universitario-, los relacionados con el aprendizaje del uso de las llamadas nuevas tecnologías o los que implican a instituciones educativas tales como escuelas, colegios o institutos, son de los más extendidos y de los que han demostrado más sostenibilidad en el tiempo.
¿Qué son los centros intergeneracionales? ¿Existen en España?
Los centros intergeneracionales son lugares en los que personas de distintas generaciones participan conjuntamente en programas y servicios. Frente a la tendencia de la sectorialización -es decir, situar a cada grupo de edad en un lugar específico: centros de día para mayores, escuelas infantiles, clubes juveniles, etc.- estos centros apuestan por la convivencia y la interacción de esos grupos de edad bajo un mismo techo.
En España tenemos algunos centros de este tipo, cuyo verdadero valor no consiste en que las generaciones estén juntas sino en saber aprovechar esa proximidad para que vivan juntas. La combinación de una escuela infantil y un centro gerontológico, o de viviendas para jóvenes estudiantes y para personas mayores son dos ejemplos de centros intergeneracionales con los que ya contamos en España.
Creo que este modelo se irá abriendo paso poco a poco como una valiosa alternativa a los centros de servicios especializados en un solo grupo de edad.
¿Es adecuada la regulación con la que contamos en España para favorecer las relaciones intergeneracionales? ¿Se observa alguna tendencia para conectar programas para niños, jóvenes, adultos y mayores?
En general las normas suelen ir por detrás de los cambios sociales. No necesitamos ninguna regulación para aumentar nuestras relaciones intergeneracionales; en principio es más una cuestión de deseo, de intención. Dicho esto, es cierto que una adecuada regulación ayuda mucho.
Por ejemplo, en octubre de 2008 el Parlamento de Gales, en el Reino Unido, aprobó una ambiciosa estrategia según la cual la intergeneracionalidad ha sido introducida de modo transversal en sus políticas comunitarias y de ciudadanía.
Creo que, poco a poco, iremos viendo ejemplos similares en otros países europeos. La tendencia hacia la construcción de sociedades para todos, para todas las edades, es imparable.
La Red Intergeneracional del IMSERSO lleva en marcha poco más de 3 años, ¿han realizado un balance de logros y un pronóstico de futuro?
Hemos celebrado hasta el momento dos jornadas de trabajo en las que hemos reflexionado sobre la trayectoria de la Red. Creo que su logro fundamental ha sido ofrecer a quienes están interesados información, orientación y apoyo técnico sobre cómo fomentar unas buenas relaciones intergeneracionales. Los más de 600 miembros con que cuenta la Red en la actualidad demuestran que había un interés y una necesidad al respecto.
Cualquier persona, con sólo visitar www.redintergeneracional.es puede acceder a multitud de recursos sobre el tema. En cuanto al futuro, nuestra idea es seguir diversificando y fortaleciendo los servicios que ofrecemos y acercarlos a quienes están trabajando en el campo intergeneracional sobre el terreno. ¿Cómo? Pues, por ejemplo, poniendo en marcha una red de enlaces -una especie de corresponsales- que acerquen la Red a las personas y entidades que lo necesiten.
Por otro lado, y dado que en Europa ya hay varios países que cuenta con redes temáticas similares, estamos estudiando la posibilidad de dar lugar a una red europea.
¿Cómo está la profesionalización de los expertos intergeneracionales en España? ¿Qué tipo de formación se les está ofreciendo?
Vamos dando pasos poco a poco hacia la profesionalización. De momento ya hemos indagado acerca de quiénes son los profesionales que están llevando a cabo la gestión de los programas intergeneracionales y qué necesitan para mejorar su trabajo. De hecho, estamos finalizando el diseño de un plan de formación especializada de gestores de esos programas.
Desde mi punto de vista, lo que parece evidente a estas alturas es que más que pensar en contar con profesionales de la intergeneracionalidad lo que tenemos delante son profesionales de los servicios sociales y sociosanitarios que están introduciendo la intergeneracionalidad en sus respectivas cajas de herramientas.
Hoy por hoy los esfuerzos de profesionalización deberían prestar atención a la formación y al reconocimiento de estos profesionales pioneros. Y, en este sentido, hay que hacer constar la aportación del IMSERSO que, además de poner en marcha la Red Intergeneracional, ha organizado en los dos últimos años 16 cursos de formación de gestores de programas intergeneracionales.
¿Cuál es el perfil del trabajador en los programas intergeneracionales?
Si por trabajador nos referimos a quienes coordinan y gestionan estos programas, el perfil es muy variopinto. Hemos encontrado a trabajadores sociales, psicólogos, educadores sociales, animadores socioculturales, terapeutas ocupacionales, maestros de Educación Infantil y de Educación Primaria, profesores de Educación Secundaria, monitores de ocio y tiempo libre, que están implicados en el tema.
Por lo general, se trata de personas que un día tuvieron la ocurrencia de introducir la intergeneracionalidad en su trabajo y, de manera más bien intuitiva, se lanzaron a la tarea. Es lo mismo que ha sucedido en países como Estados Unidos o el Reino Unido, que van por delante en este campo.
La experiencia nos dice que no hay que obsesionarse por concretar un perfil para este tipo de trabajadores; lo que de verdad importa es que quienes se decidan a utilizar el enfoque intergeneracional sepan lo que se traen entre manos, con independencia del perfil que tengan.
Un consejo final para el éxito de un programa intergeneracional.
Los programas intergeneracionales de más éxito comenzaron siendo iniciativas pequeñas, prácticamente invisibles. Por tanto, animo a quienes lean estas líneas, y aún no lo hayan intentado, a preguntarse si trabajar de modo intergeneracional podría mejorar la calidad de lo que hacen. Si es así, hay que empezar con alguna acción pequeña pero, eso sí, bien planificada y evaluada.
Y en este sentido, ofrezco el apoyo de la Red Intergeneracional del IMSERSO. Antes de lanzarse a la práctica conviene saber lo que otros están haciendo y cuáles son las lecciones que han extraído de sus experiencias. Y esto es algo que nuestra Red, como servicio público que es, puede facilitar a cualquiera.