Campus Intergeneracional

Varios niños, disfrazados de abuelos por carnaval, se acercan a escuchar la lectura del cuento. / V.R.

Fuente: SER. VALENTINA ROJO SQUADRONI / BRU ROVIRA VALENTINA ROJO SQUADRONI / BRU ROVIRA 

 Esta semana las carreteras secundarias de Bru Rovira nos llevan Albolote, en Granada. Allí estuvimos visitando el Centro Intergeneracional de Macrosad, una escuela infantil y un centro de día para mayores que comparten actividades. Un proyecto educativo intergeneracional.

Se trata de una iniciativa de la cooperativa Macrosad, que tiene distintos centros en Andalucía. La idea es que los mayores ayudan a la educación de los niños, y los niños ayudan a su vez a que las personas de la tercera edad se sientan mejor, más activas, integradas y útiles.

Por eso, en la escuela infantil Chacolines de Albolote todo está pensado para esta convivencia intergeneracional. Empezando por la arquitectura: a un lado, la guardería con grandes ventanales. Al otro, el centro de día para las personas mayores con los pisos asistidos, arriba. Entre los dos edificios hay un gran patio que conecta los dos módulos: el mundo de los niños y el mundo de los abuelos, los “amigos mayores”.

Cada día hacen juntos musicoterapia, pintura, cálculos simples, bailan, se cuentan cuentos… Y el beneficio es mutuo. Porque no sólo los mayores transmiten conocimientos a los niños. Los abuelos aprenden mucho también, y se demuestra así que la educación no es únicamente conocimientos, es también sentimientos, emociones, creatividad. Un espacio de vida.

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